Miércoles 4 de abril de 2018
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Solo una presión extraordinaria de los gobiernos de los Estados Unidos y España puede explicar por qué las autoridades ecuatorianas han tomado unas medidas tan espantosas como estas para incomunicar a Julian.
Apenas recientemente el gobierno de Ecuador concedió a Julian la ciudadanía y un pasaporte diplomático, en un intento de permitirle un salvoconducto desde Londres. El gobierno del Reino Unido, bajo fuerte presión del gobierno estadounidense, rechazó aprovechar esta oportunidad para poner fin a la detención de Julian – incluso después de que las autoridades suecas anunciaran que ni habían ni se interpondrían cargos contra él.
Ahora, parece, que el gobierno ecuatoriano ha sido “inclinado” despiadadamente no solo para cesar en sus intentos de facilitarle a Julian una ruta diplomática a un lugar seguro, sino también para forzarle a salir de su Embajada en Londres. Además de la presión estadounidense, el gobierno español también emplea su influencia sobre Ecuador para silenciar las críticas de Julian al encarcelamiento de políticos catalanes por parte de Madrid y, en particular, del arresto en Alemania del expresidente catalán.
Claramente, el gobierno de Ecuador ha estado sujeto a acoso sobre su decisión de conceder asilo, apoyo y, finalmente, estatus diplomático a Julian. Naturalmente, Quito no puede admitir que se está rindiendo a la presión y argumenta, en público, que los twits de Julian sobre Cataluña son responsables de la decisión de incomunicarle. Por supuesto, esto resulta totalmente increíble. Julian es ahora un ciudadano de Ecuador y como tal disfruta de la total protección de su libertad de expresión como garantiza la Constitución de Ecuador.
Además, la única razón de que Julian esté atrapado en la Embajada de Ecuador en Londres (y por lo que Ecuador le concedió asilo en primer lugar) es precisamente porque él empoderaba la libertad de expresión de los informadores y defendía nuestro derecho a conocer la verdad sobre las prácticas de los Estados Unidos y otros poderes occidentales que estos consideraban “inconvenientes” cuando fueron expuestos al público.
Un mundo en el que los informadores son perseguidos, en el que países pequeños son obligados a violar sus principios más queridos, y en el que los políticos son encarcelados por dedicarse a una agenda política pacífica es un mundo profundamente aquejado de problemas – un mundo que es todo lo contrario al que el establishment liberal en Europa y los Estados Unidos proclamaron suyo tras el fin de la Guerra Fría.
Con estas ideas en mente, llamamos a toda la ciudadanía de buena conciencia a que envíen un mensaje a las autoridades ecuatorianas pidiendo que el acceso de Julian al mundo exterior sea restaurado y otro, más pertinente, a las autoridades británicas para poner fin a la detención de Julian.